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Equilibrio: comprender los sistemas que lo mantienen erguido

Equilibrio deteriorado

El deterioro del equilibrio es una queja común de los pacientes y puede estar relacionada con muchos diagnósticos diferentes que se tratan con fisioterapia. Con frecuencia, estos pacientes han sido derivados por otro médico o cuidador que tiene inquietudes sobre la seguridad relacionadas con estos síntomas. Los pacientes pueden quejarse de inestabilidad, mareos o vértigo, y el equipo médico se hace responsable de identificar las posibles causas de estos síntomas para ayudar a abordarlos. Debido a que los trastornos del equilibrio se manifiestan de muchas maneras, el tratamiento requiere una sólida comprensión de los sistemas subyacentes que influyen en el equilibrio de una persona.

¿Cómo regula mi cuerpo el equilibrio?

En general, el sentido del equilibrio es el resultado de la retroalimentación de múltiples sistemas del cuerpo que trabajan juntos para ayudar a una persona a permanecer estable en la posición que desea. vestibular El sistema sensorial primario del cuerpo, el oído interno y el propioceptivo, son los sistemas sensoriales principales que funcionan para crear el equilibrio. El cuerpo debe interpretar correctamente la retroalimentación proporcionada por estos sistemas y luego decidir cómo moverse para preservar el equilibrio ante una actividad desestabilizadora (caminar, practicar deportes, levantar objetos, etc.). Las personas que se quejan de limitación del equilibrio a menudo tienen problemas con uno o más de estos sistemas.

¿Cuáles son algunas causas de los problemas de equilibrio?

El sistema visual es el más conocido, ya que nos ayuda a ver el mundo que nos rodea. Una persona puede experimentar una degradación del equilibrio tras un cambio en la agudeza visual, ya que será menos capaz de ver e interpretar su entorno. La conciencia de los posibles peligros podría verse reducida, lo que puede aumentar el riesgo de caídas asociadas a tropiezos. La visión nocturna suele empeorar con la edad, lo que provoca caídas en los ancianos, como durante una ida al baño por la noche. La visión también puede verse afectada por enfermedades como la diabetes o la hipertensión.

El sistema vestibular ayuda al cuerpo a comprender el movimiento tridimensional, detectando el movimiento lineal y rotacional de la cabeza y el cuerpo. Fundamentalmente, el sistema vestibular trabaja en estrecha colaboración con el sistema visual para estabilizar la visión a medida que el cuerpo se mueve a través de un sofisticado conjunto de reflejos neuronales. Esto permite participar en actividades complejas, como correr para atrapar una pelota o mirar alrededor mientras se camina, sin perder claridad visual. Cuando una afección médica afecta al sistema vestibular, el deterioro de estos reflejos conduce a inestabilidad y dificultad para realizar las actividades diarias. Algunas afecciones, como el vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB), provocan un síntoma visual nauseabundo y giratorio con ciertos cambios de movimiento que conducen a dificultad y menor seguridad para sentarse de la cama y para realizar movimientos de flexión.

El sistema propioceptivo se basa en pequeños sensores dentro de los tendones de los músculos del cuerpo que ayudan a comprender la longitud muscular y las fuerzas experimentadas durante la actividad. Durante la mayoría de las actividades que se realizan de pie, estos sensores en los músculos estabilizadores del tobillo, la cadera y el tronco están activos para ayudar a la persona a permanecer erguida. El sistema puede entonces utilizar los reflejos para activar automáticamente los músculos apropiados para mantener el equilibrio. Por ejemplo, si una persona está de pie mientras viaja en autobús y el autobús comienza a reducir la velocidad para la siguiente parada, los sensores notarán un cambio en la fuerza y la longitud de los músculos y desplazarán su peso en consecuencia. Si se trata de una parada especialmente rápida o imprevista, el sistema puede indicarle a la persona que se incline o incluso dé un paso para contrarrestar el movimiento y mantener el equilibrio. Si alguien está desentrenado o tiene limitaciones en el control muscular, como después de un derrame cerebral, este sistema de respuesta puede verse especialmente afectado. La diabetes y la neuropatía periférica también pueden disminuir la conciencia propioceptiva en los pacientes.

¿Cómo se puede tratar la alteración del equilibrio?

El tratamiento de los trastornos del equilibrio suele implicar la identificación de los sistemas específicos implicados en las quejas de la persona. En algunos casos, pueden ser necesarias intervenciones para superar múltiples áreas problemáticas. Un paciente de edad avanzada que se queja de caídas en casa puede necesitar ejercicios para fortalecer los músculos del tronco y las piernas para mejorar su estabilidad, pero también puede beneficiarse de la educación sobre cómo tomarse su tiempo con los cambios de posición para evitar mareos. La modificación del espacio vital, como eliminar el desorden de la casa y colocar una luz de noche en los pasillos para mejorar la visibilidad después del anochecer, también puede ser útil.

Los fisioterapeutas son especialmente aptos para trabajar con pacientes con déficit de equilibrio, dado su profundo conocimiento de los sistemas musculoesquelético y neurológico del cuerpo y sus interacciones. También tienen experiencia en la adaptación de entornos de vida para mejorar la seguridad y minimizar el riesgo de lesiones.

Si le preocupa el equilibrio de su salud o la de un ser querido, no se lo tome a la ligera. Hemos visto a muchos pacientes que “dejaron de lado” esa preocupación y terminaron tomando una decisión desagradable. caída que resultó en un hueso rotoLlama a tu Oficina local de ACCESS PT Y estaremos encantados de analizar las opciones de tratamiento. Contamos con varias opciones convenientes, que incluyen atención en la clínica o, en algunas áreas, un terapeuta puede visitar su hogar.

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