El dolor de talón es muy común y suele ser doloroso. Existen muchas afecciones del talón que surgen del desgaste y la tensión en el hueso del talón. Una de estas afecciones son los espolones calcáneos. Un espolón calcáneo (u osteofito) es un pequeño crecimiento óseo o un conjunto de crecimientos óseos en la parte posterior o inferior del talón. Afortunadamente, la mayoría de las veces son indoloros, causan una incomodidad mínima y, por lo general, no presentan síntomas.
Los espolones calcáneos suelen asociarse a la fascitis plantar, aunque son similares, son dos diagnósticos completamente diferentes. Alrededor del 70% de los pacientes con fascitis plantar tienen un espolón calcáneo que se puede ver con una radiografía. Por lo general, la fascitis plantar va seguida de un espolón calcáneo.
Los depósitos de calcio que se forman en la parte inferior del hueso del talón son el origen del espolón calcáneo. Este proceso tarda mucho tiempo en formarse. La causa del espolón calcáneo suele ser la distensión de los músculos y ligamentos del pie, el estiramiento de la fascia plantar y el desgarro repetido de la membrana que cubre el hueso del talón. Los espolones calcáneos suelen ser frecuentes entre los deportistas cuyas actividades incluyen correr y saltar mucho.
El tratamiento recomendado para los espolones calcáneos es el reposo absoluto de cualquier actividad física, la aplicación de hielo en la zona del talón y el estiramiento del músculo de la pantorrilla y del pie. Los estiramientos y el ejercicio ayudarán a relajar los tejidos que rodean el hueso. Acudir a un fisioterapeuta le ayudará a controlar todos los espolones calcáneos. También puede tomar medicamentos antiinflamatorios para ayudar a controlar el dolor y, si el dolor empeora, una inyección de cortisona. También es importante asegurarse de usar zapatos que se ajusten bien.