Saltar al contenido

Cómo elegir y ajustar la mochila adecuada

Las mochilas están por todas partes. La mayoría de los niños las usan para ir a la escuela, los adultos las usan para hacer caminatas, ir al gimnasio o asistir a eventos y, en algunos casos, se usan simplemente como una declaración de moda. ¿Conoce los peligros ocultos detrás de estas mochilas y los efectos a largo plazo que tienen en nuestro cuerpo? Nuestro propósito hoy es educar tanto a los niños como a los adultos sobre cómo comprar la mochila adecuada, así como también cómo ajustarla correctamente para que se ajuste mejor y reducir la tensión que ejercen sobre nuestros hombros, cuello y espalda.

¿Has notado lo pesadas y grandes que se han vuelto las mochilas de tus hijos con el paso de los años, incluso las de los niños pequeños de la escuela primaria? Han pasado de soportar entre 10 y 15 libras a soportar entre 35 y 45 libras. Si a eso le sumamos la frecuencia y la duración con la que los niños las usan, tenemos una lesión por uso excesivo a punto de ocurrir. Como nota al margen: con la tecnología actual, ¿por qué no hemos recurrido a libros electrónicos que se puedan almacenar en nuestros ordenadores o iPads? El almacenamiento electrónico de libros evitaría que los niños llevaran tanto peso en sus mochilas.

El uso prolongado de mochilas pesadas puede provocar lesiones por distensión en los músculos del cuello, los hombros y la parte media y baja de la espalda. La compresión que ejerce el peso sobre la columna vertebral hace que los discos se compriman, lo que aumenta la presión sobre las vértebras e incluso puede provocar escoliosis (una curvatura de la columna vertebral).

Una mochila nunca debe pesar más de 151 libras del peso corporal normal de su hijo. Por ejemplo, si un niño pesa 100 libras, su mochila no debe pesar más de 15 libras. Si pesa 125 libras, la mochila no debe pesar más de 19 libras.

Incentive a su hijo a llevar solo lo que realmente necesita. Si mete muchos artículos innecesarios en la mochila, solo añadirá peso adicional. Durante la jornada escolar, anime a su hijo a usar su casillero para guardar libros y a llevar solo lo que necesite para una o dos clases a la vez. La hidratación es importante, pero las botellas de agua grandes son pesadas. Si su hijo lleva una botella de agua en la mochila, use una más pequeña que pueda rellenar en la escuela.

Comprar la mochila adecuada

Con el paso de los años, las mochilas han pasado de ser pequeñas a muy grandes, y han llegado a engullir a algunos de nuestros niños más pequeños. Esto es lo que hay que buscar en una mochila:

  • Una mochila hecha de lona liviana en lugar de cuero o gamuza.
  • Busque correas anchas. Cuanto más anchas sean las correas, menos presión ejercerán sobre las zonas del cuello y los hombros. Busque también correas acolchadas, que pueden reducir aún más la presión. El acolchado en la parte delantera de la mochila ayudará a añadir comodidad, reducirá la presión en la espalda y reducirá la posibilidad de que los lápices atraviesen el material y se claven en la espalda de su hijo.
  • Busque una correa para la cintura. Esto puede ayudar a distribuir el peso por todo el tronco y disminuir parte de la presión sobre los hombros, además de evitar que la mochila se mueva demasiado.

Llevándolo bien

A menudo veo niños y adultos que llevan mochilas sobre un solo hombro. Si bien esta puede ser una forma fácil y divertida de llevarla, coloca todo el peso sobre un solo hombro. El peso debe distribuirse uniformemente sobre ambos hombros para disminuir la presión y ayudar a mantener la mochila equilibrada.

A continuación se muestran varias formas de ajustar su mochila para garantizar un buen ajuste:

  • Ajuste las correas de los hombros de modo que la parte superior de la mochila quede a la altura de los omoplatos y la parte inferior descanse en la curva de la espalda baja. Algunas mochilas son tan largas que no es posible ajustarlas de esta manera. ¡Intente hacer todo lo posible para que le quede bien!
  • Use la correa de la cintura, que ayudará a equilibrar el peso en todo el cuerpo, mantendrá la mochila segura a su camión y evitará que se mueva provocando cambios de peso.
  • No olvides pesar la mochila cuando esté cargada y mantenerla por debajo del 15 % del peso de tu hijo.

¡Esperamos que estos consejos le permitan a su hijo comenzar el próximo año escolar sin dolor!

 

 

Encuentra una ubicación