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Una nueva investigación demuestra que la fisioterapia es tan eficaz como la cirugía artroscópica de rodilla

Un estudio del New England Journal of Medicine cuestiona el valor de la cirugía de rodilla para algunos pacientes

Un nuevo estudio que cuestiona la utilidad de la cirugía artroscópica para la osteoartritis de rodilla debería animar a los pacientes a considerar la fisioterapia como una opción no quirúrgica eficaz, según la Asociación Estadounidense de Fisioterapia (APTA). El estudio fue publicado en la edición del 11 de septiembre de la revista Revista de Medicina de Nueva Inglaterra (NEJM).

El estudio encontró que la fisioterapia, combinada con un tratamiento médico integral, es tan eficaz para aliviar el dolor y la rigidez de la osteoartritis de rodilla moderada a severa como la cirugía.

La fisioterapia puede ser muy eficaz y no solo los pacientes, sino también los médicos de atención primaria y los ortopedistas que los tratan deberían tenerla en cuenta. A menudo, descubrimos que el dolor de rodilla está asociado a patrones de movimiento anormales que provocan un aumento de la tensión en la articulación. La cirugía artroscópica puede ser un procedimiento muy valioso; sin embargo, hace poco por corregir los factores dinámicos que pueden contribuir al dolor y la patología de la rodilla. Estos hallazgos refuerzan la necesidad de un enfoque de tratamiento integral para estos pacientes.

El estudio del NEJM se suma a un creciente conjunto de evidencias que respaldan la fisioterapia para el tratamiento de la osteoartritis de rodilla, que incluyen:

Un informe publicado en el Número de enero de 2008 de la revista Physical Therapy que revisó investigaciones sobre la osteoartritis de la rodilla de 2000 a 2007 y encontró “evidencia de alta calidad de que el ejercicio y la reducción de peso reducen el dolor y mejoran la función física”.

Un fisioterapeuta realizará un examen exhaustivo y diseñará un plan de atención que puede incluir:

Una serie de ejercicios diseñados para ayudar a mejorar el movimiento. Las actividades de esta fase pueden incluir caminar en el agua, nadar y ejercicios de flexibilidad. Una secuencia de ejercicios para recuperar la fuerza que incluye una progresión funcional, es decir, un retorno gradual a las actividades normales mediante ejercicios que simulan las tensiones de la rodilla de sus actividades normales.

La tolerancia de la rodilla a las actividades estresantes suele disminuir con la edad y la pérdida de la condición física. Como resultado, las tensiones que no habrían causado dolor o lesión en la rodilla el año pasado podrían hacerlo hoy. Una disminución en los niveles de actividad a lo largo del tiempo también puede contribuir a la vulnerabilidad de las rodillas. Pero hay medidas que se pueden tomar para ayudar a prevenir lesiones y así seguir disfrutando de los deportes, el ejercicio y las actividades recreativas.

Seguir un programa de ejercicios diseñado por un fisioterapeuta puede ser una de las mejores formas de protegerse de las lesiones. El primer paso para diseñar su programa de ejercicios es una evaluación por parte de su fisioterapeuta. Él o ella puede identificar sus factores predisponentes, aquellos rasgos corporales que pueden hacerlo más o menos vulnerable a una lesión de rodilla. En función de esta evaluación, su fisioterapeuta puede diseñar un programa que lo ayudará a alcanzar sus niveles óptimos de función, fuerza y acondicionamiento.

La fisioterapia juega un papel clave en el tratamiento y rehabilitación de la rodilla, pero la actitud del paciente hacia la recuperación juega un factor importante para lograr un resultado exitoso.

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