El síndrome de plica (también conocido comúnmente como síndrome de plica sinovial) es una afección que se produce cuando el tejido del revestimiento interno de la articulación de la rodilla se irrita. La sinovial es un tipo de tejido que rodea una articulación y es una estructura normal que se encuentra en muchas rodillas. Sin embargo, las plicas sinoviales son más prominentes en algunas personas dependiendo de cuánto se encogieron durante el desarrollo fetal. Para algunas personas, el síndrome de plica más grande puede ser más propenso a la irritación, generalmente debido a la fricción repetitiva. Cuanto más se irrita la rodilla, más crece el tejido de la plica, lo que provoca dolor.
Los efectos del síndrome de plica provocan sensibilidad y dolor en la parte delantera de la rodilla y en el lateral de la rótula. Existe una sensación de “atrapamiento” o “chasquido” que se asocia con el diagnóstico del síndrome de plica al doblar la rodilla. El tejido sinovial está allí para ayudar a producir el líquido normal que lubrica la articulación. El movimiento normal de la rodilla se ve afectado cuando el tejido se irrita. Después de este punto, cuanto más se utiliza la rodilla para realizar actividades, más grueso se vuelve el tejido y más dolor se experimenta.
Afortunadamente, el síndrome de plica no suele ser una afección grave. El tratamiento recomendado para la plica es simplemente el reposo. No apoyar la rodilla ni realizar ninguna actividad física importante permite que la inflamación disminuya. Además del reposo, el hielo y los medicamentos antiinflamatorios suelen ser útiles para acelerar la recuperación. En casos graves, puede ser necesaria una inyección de cortisona o incluso una cirugía.
Si el síndrome de plica se convierte en un problema recurrente, se debe considerar la posibilidad de realizar fisioterapia antes de la cirugía. La fisioterapia se puede utilizar para estirar y fortalecer los músculos y los tejidos blandos alrededor de la rodilla. Por lo general, se inician programas que incluyen la aplicación de hielo cronometrado, iontoforesis y ultrasonido, y los ejercicios controlados son una excelente manera de aprender formas seguras de mover el cuerpo para mantener las rodillas sanas. Su fisioterapeuta también desarrollará una rutina individualizada con usted para mejorar la fuerza muscular y reducir la irritación.
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