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Preparación para las pistas

¡Saque su boleto para el telesilla, es temporada de esquí! Mientras personas de toda la zona de los tres estados viajan a sus pistas favoritas, hay más en qué pensar que en qué pista bajar primero.

Esquiar es un ejercicio muy intenso que realmente exige mucho al cuerpo. Entre el constante cambio de peso y la respiración en el aire gélido, esto puede resultar muy exigente para el cuerpo. Esquiar es un gran pasatiempo invernal, pero si no estás preparado, puede ser una experiencia horrible. Hay algunas cosas muy importantes que hacer para prepararse antes de lanzarte a toda velocidad por la montaña.

No existe el mal tiempo, solo la mala ropa

En primer lugar, qué ropa llevar: gorro de esquí, guantes, bufanda, abrigo de invierno, calzoncillos largos y lo habitual para las salidas de invierno. Sin embargo, hay algunas cosas adicionales que puede que quieras llevar: gafas para bloquear el viento y la nieve, calcetines altos para las botas y pantalones de esquí de calidad. Recuerda también llevar varias capas: la lana es mejor que el algodón en este caso porque no pasarás frío si te mojas.

Prepararse

No olvides que, además de tu ropa, tu equipo es igualmente importante. Tus esquís, bastones o tabla y botas deben estar correctamente alineados con tu cuerpo. No querrás que tus botas te queden demasiado apretadas, ya que te sentirás muy mal y esto limitará tu rango de movimiento en las pistas. Tus esquís se adaptarán a tu altura y peso, lo cual también es extremadamente importante para el equilibrio y el control en la montaña.

Todo el equipo debe ajustarse perfectamente a ti. No tomes prestado el equipo de tu compañero a menos que esté hecho a medida de tus necesidades, esto es por razones de seguridad. Si sientes pinchazos o molestias durante la carrera, regresa al albergue y haz que revisen tu equipo lo antes posible.

Esto no es un paseo por el parque.

Tu nivel de condición física juega un papel importante en cómo te irá durante el día. Esquiar no es un paseo por el parque, tiene sus altibajos. Mientras esquías, tu cuerpo tensa músculos que normalmente no utilizas en tus actividades diarias. La mayoría de estos son músculos de equilibrio interno que pueden tardar un tiempo en calentarse.

El esquí es un ejercicio muy cardiovascular. Si el esquiador no está acostumbrado a este tipo de ejercicio, puede cansarse temprano en el día, lo que provocará una mala forma y, en última instancia, un menor control.

Esquiar puede ser muy peligroso. No estás rodeado de la seguridad, el calor y las paredes de ladrillo de tu gimnasio. Estás en plena naturaleza, con temperaturas extremas, haciendo ejercicio muy extenuante. Si pierdes el control, las consecuencias podrían ser fatales.

El aire frío y los vientos fuertes, junto con los cambios de altitud, también pueden tener un gran efecto en tu viaje de esquí. El frío tensará tus músculos, por lo que es imprescindible que te estires. No querrás sufrir un tirón muscular en la montaña. Asegúrate de que tu cuerpo esté flexible y calentado antes de subir a los remontes.

Existen muchas medidas preventivas que puedes tomar para reducir las posibilidades de sufrir un accidente. No sobrestimes tus capacidades, sé consciente de tu cuerpo y de sus límites y no dudes en pedir ayuda a los instructores o a la patrulla de esquí si la necesitas.

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