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Menisco roto

Un desgarro de menisco es una lesión grave que se produce con frecuencia en deportistas y, aún más, en personas mayores de 65 años. El desgarro se produce por un movimiento brusco y repentino de torsión en la articulación de la rodilla. Aunque un desgarro de menisco puede ser extremadamente doloroso, existen muchas otras opciones además de la cirugía, según la naturaleza del desgarro.

El menisco suele ser el cartílago de la articulación de la rodilla, situado entre los huesos fémur y tibia. Cuando se produce una torsión repentina, una parada abrupta del movimiento o una sentadilla profunda en la articulación de la rodilla, puede producirse un desgarro. Según la ubicación del desgarro, el cuerpo puede ser incapaz de repararse a sí mismo. A medida que el cuerpo envejece, la circulación sanguínea en la rodilla comienza a disminuir, así como también aumenta la degeneración. Casi la mitad de las personas mayores de 65 años tienen un menisco desgarrado en algún grado, pero para muchas de ellas no hay síntomas. Si experimenta síntomas, es extremadamente importante que tome medidas antes de que empeoren.

Si aún puede caminar y su rodilla no se "bloquea", la fisioterapia, el descanso y el método RICE (reposo, hielo, compresión y elevación) pueden ser la solución. Antes de intentar cualquier ejercicio o movimiento forzado, es imperativo que visite a su médico o fisioterapeuta. Lo más probable es que un médico lo derive a fisioterapia para evitar que el desgarro de menisco empeore.

Un fisioterapeuta podrá evaluar su lesión y trabajar con usted a través de una rutina personalizada de ejercicios y movimientos. Este programa le permitirá rehabilitar su rodilla de manera adecuada y segura. El fisioterapeuta le proporcionará ejercicios para hacer en casa que le ayudarán a aliviar el dolor y a seguir progresando. Además, el fisioterapeuta le enseñará prácticas de movimiento seguras que le ayudarán a evitar que esta lesión vuelva a ocurrir en el futuro.

Sin embargo, para muchos pacientes, la cirugía es necesaria para reparar el daño del menisco. Durante el proceso de rehabilitación, la fisioterapia será tan fundamental para recuperar el movimiento como el entrenamiento de estilo de vida para evitar volver a lesionarse en el futuro.

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