El ligamento cruzado anterior (LCA) va desde la parte superior de la rodilla hasta la inferior y se encuentra directamente detrás de la rótula. Un desgarro del LCA es una lesión muy grave que sufren principalmente los deportistas. Los deportistas que tienen mayor riesgo de sufrir un desgarro del LCA son los jugadores de fútbol, baloncesto, lacrosse, gimnastas y esquiadores. Las mujeres tienen más probabilidades de sufrir un desgarro del LCA que los hombres.
Un desgarro del ligamento cruzado anterior (LCA) puede deberse a muchos factores diferentes. Debido a que el LCA nos permite rotar, la mayoría de las veces se desgarra al torcer la rodilla mientras el pie está en el suelo. Sin embargo, también puede desgarrarse al cambiar el peso de una pierna a otra de repente, al detenerse en seco mientras se corre, al recibir un golpe directo en la rodilla y al caer sobre una rodilla estirada. La mayoría de las personas que sufren desgarros del LCA necesitan someterse a una cirugía para reparar el desgarro.
Si opta por la fisioterapia en lugar de la cirugía para una rotura del ligamento cruzado anterior, su fisioterapeuta diseñará un programa en función de la gravedad de su lesión. Su plan de terapia probablemente incluirá estimulación eléctrica en los cuádriceps (la parte delantera de los muslos), ejercicios para recuperar la fuerza muscular y entrenamiento del equilibrio.
Para aumentar las posibilidades de una cirugía más exitosa, la fisioterapia ayudará a reducir la hinchazón, aumentar la fuerza de los cuádriceps y aumentar el rango de movimiento de la rodilla. Inmediatamente después de la cirugía, se le proporcionará un aparato ortopédico y deberá utilizar muletas para evitar poner demasiado peso sobre la rodilla. Probablemente también le proporcionarán una manga que se coloca sobre la rodilla y que se puede rellenar con hielo. El hielo y la compresión ayudan a reducir la hinchazón.
En la fisioterapia, realizarás tres tipos diferentes de ejercicios para recuperar la fuerza, aumentar la movilidad y asimilar el cuerpo a un deporte o actividad en particular. Debido a la gravedad de la rotura del ligamento cruzado anterior, la recuperación completa suele llevar al deportista entre 6 y 12 meses.
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